Capítulo 1: ¡La Búsqueda! ¿Dónde voy a vivir?

Cuando tomé la decisión de mudarme a España, mi principal preocupación era encontrar un lugar para alojarme, que no fuera ni un hotel ni una posada. Además, no contaba con familiares en España, lo que complicaba aún más la búsqueda. Así que me sumergí en la vasta información de Google, una herramienta que resultó ser de gran ayuda.😊

Después de explorar diversas opciones, descubrí la posibilidad de compartir apartamento o piso (como se dice en España), algo completamente nuevo para mí, asi que, decidí investigar mas sobre el tema. 
 
Finalmente, la encontré (investigue e investigue diferentes páginas, dada la desconfianza inherente a vivir en un país donde las estafas son comunes😑). 
 
Me gusto una página en particular y decidi realizar el pago del alquiler de una habitación. Lo particular, es que algún miembro, de la empresa se encarga de verificar el lugar, toma fotos o videos, te describe todo lo que tienen, entre otros detalles. Proporcionandome, mas tranquilidad, ante la imposibilidad de visitar personalmente debido a la distancia y no tener a nadie que verifique por mi. Además, la ventaja de que el dinero no se entrega al propietario, hasta que llegues y confirmes la habitación, con la descripción ofrecida por el propietario en cuestión, era un extra de seguridad. 
 
Después de un vuelo de casi 12 horas, finalmente llegué a mi destino en España: ¡Barcelona! Una ciudad hermosa que cautiva y deja una impresión imborrable. Sin embargo, esto marcaba el comienzo de mi aventura compartiendo piso.

Luego de un recorrido en taxi, que parecía un mega tour, llegue a la dirección de la habitación que alquile, (gracias a Google Maps, pude ubicarme mejor), ya en la entrada del edificio, note que los números del intercomunicador, no los entendía (primer desafío en tierras lejanas 😅), luego de unos 15 minutos, descifrando el sistema de intercomunicador o timbre de la puerta (ya que los términos como "piso bajo", "entresuelo" y "Puerta" me resultaban confusos), marque y me atiende la dueña del piso (la única referencia del dueño del piso es el nombre, la página no proporciona fotos ni un número de contacto). Subí en el ascensor y zas, se abre la puerta del apartamento, aunque al principio me sentía nerviosa por entrar a un lugar desconocido con personas nuevas (ataques de ansiedad enormes😓), pero pronto la ansiedad se disipó al conocer a la dueña, la Sra. Enchi (por cierto, todos los nombres son ficticios😊).

La Sra. Enchi, una mujer algo mayor pero deportista, de imagen fuerte, profesional, y con un toque hippie, resultó ser una persona amable y atenta. Llevaba tiempo alquilando habitaciones y me dio la bienvenida de manera cálida, incluso con un pequeño cuaderno de bienvenida y una cena super rica. La habitación cumplía con todas las expectativas, y la Sra. Enchi se esforzó por asegurarse de que todo estuviera en perfecto estado.

Aunque la otra inquilina aún no había llegado, el primer día fue intenso. La Sra. Enchi me mostró todo el apartamento, compartimos un rato en el comedor para conocernos mejor y discutir nuestros horarios y actividades. A pesar del cansancio, la Sra. Enchi me proporcionó instrucciones detalladas sobre la convivencia, cómo organizar mis cosas en el baño, mi espacio en la cocina y las responsabilidades de limpieza. Incluso me explicó el sistema de reciclaje y las bolsas adecuadas para cada tipo de residuo, ya que es muy ecologista, todo este sistema de cuidados, orden, disciplina y respeto, me encantó, sobre todo cuando, apenas nos estamos conociendo.

Aunque el día fue agotador e intenso, me sentí agradecida y afortunada por haber conocido a alguien tan amable y orientada al buen ambiente. Fue un comienzo gratificante en mi nueva vida compartiendo piso en Barcelona.😇😊




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