Capítulo 3: ¡Conocer Nuestras Manias!
Yo tenía la costumbre de dejar una luz encendida en mi casa (en mi país), ya que no me gusta la oscuridad. No se trataba de dejar una lámpara encendida, sino de la luz del baño. Cuando comencé a vivir con la Sra. Enchi, compré una bombilla enchufable para mitigar la luz, pero aún así, desde su habitación, notaba el resplandor que se filtraba por mi ventana. No sé si era muy observadora o simplemente le preocupaba mucho el tema del consumo, pero me preguntó al respecto. Respondí diciendo que estaba estudiando, provocando una risa cómplice😊😉. Fue entonces cuando empecé a acostumbrarme a dormir en completa oscuridad, un pequeño paso hacia la madurez y cambios de hábitos, como suelo bromear.
Otro detalle peculiar era mi moderado uso del wifi. Dado que la señal no llegaba completamente a mi habitación, un día la Sra. Enchi me sorprendió en la sala. Se notó que le incomodó, ya que ese espacio era exclusivamente suyo, ya que solo los inquilinos la usabans para comer en la mesa y ya. Como respuesta a esta incomodidad, corrió literalmente a comprar un repetidor de wifi. A pesar de eso, todavía desconectaba el dispositivo por las noches, así que la cuestión del wifi no resultaba tan efectiva como se esperaba, o como les comente, era muy ahorrativa del consumo de luz y por eso la desenchufaba.
A pesar de su enfoque defensivo en cuanto al consumo, la Sra. Enchi demostró ser una excelente anfitriona. Me encantaba cómo dejaba todo impecable, y su deseo de mantener el lugar limpio era contagioso.😎
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